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¿Miedo al Pediatra?

Desde su nacimiento y desde los primeros años de su vida es normal y frecuente que el niño acuda al pediatra. No obstante, a partir de los seis meses de edad, el niño comienza a sentir angustia durante esta visita y esto continua por muchos años.

La razón quizás tenga que ver con que desde esa edad los niños toman conciencia de que este profesional de la medicina  es una persona distinta de su madre y le teme a las personas desconocidas.

También hay la posibilidad de que sienta temor de que lo examinen con instrumentos extraños o lo asocian con procedimientos que le resultan desagradables como las vacunas, le abren la boca con una paleta, le revisan los oídos con un aparatos molesto,  en fin tantas cosas que le pueden incomodar.

El comportamiento  frecuente es que muchos niños lloran, otros manifiestan un gran temor y se aferran a la madre o al padre.

A fin de evitar este tipo de situaciones, es conveniente preparar al niño para una visita sin miedo al pediatra, por lo que te ofrecemos consejos para evitar o disminuir este tipo de inconvenientes.

Consejos sobre lo que se puede hacer para que el niño no tenga miedo al pediatra

El miedo puede atribuirse a distintas razones, y conociendo cuáles son esas razones se les podrá ayudar mejor. Entre las razones pueden estar:

  • El miedo a quedarse solo, esto es frecuente sobre todo en una cirugía, por lo que es necesario hablar con el médico sobre el acompañamiento, al menos hasta que el niño se duerma, lo cual disminuirá su ansiedad.
  • Hablarles con calma y serenidad y emitir palabras con gestos y comunicación no verbal que aporten confianza. También demostrarle nuestra confianza en los médicos y profesionales que van a atenderle.
  • Intentar explicarle sin dramatizar ni asustarle  en qué consiste el procedimiento, con un lenguaje claro y adaptado a la edad que tenga sin mentirle. En el caso de que por ejemplo se le vaya a extraer sangre decirle que va a sentir un pinchazo por unos segundos y si sopla fuerte se le pasara.
  • Informarle al niño con anticipación de la consulta con el pediatra, no mentirle o llevarlo engañado. Esta acción puede prepararse y aclarar todas las dudas que tenga. Por ejemplo a un niño menor de 4 años basta con decirle un día antes  y en niños mayores a esa edad podemos hacerlo con mayor anticipación y recordarlo con naturalidad a medida que se acerque el día.
  • Buscar el apoyo en juegos u otros recursos. Jugar al médico es un gran recurso para preparar al niño, sobre todo para intervenciones, esto ayudará a minimizar el estrés. También puede usarse dibujos, cuentos, entre otros recursos.
  • Como padres hay que controlar los nervios para no aumentar su ansiedad, transmitir la confianza que tenemos en el médico y nunca amenazar a los niños con llevarlos al médico si se portan mal.  
  • Finalmente si no se nos ocurre qué hacer, consultar con un profesional, este puede ser el mismo pediatra y pedirle orientación al respecto.
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